DPCC 147: 3° - 4° - Dimensión Ética de la sexualidad

LOS VALORES EN MI SEXUALIDAD

¿Qué son los valores Sexuales?

PROPÓSITO: Reflexiona sobre cómo los valores constituyen criterios y principios importantes para la toma de decisiones en su salud sexual.

CRITERIOS DE EVALUACIÓN:

Analiza la importancia de la practica de valores para el desarrollo de una sana sexualidad.
Reflexiona sobre la relevancia que tienen su valores para poder tomar decisiones en su vida y salud sexual.

¿QUÉ SON LOS VALORES?

Son los principios, máximas o pautas que guían nuestro comportamiento y lo orientan en la realización personal y la mejora de la sociedad. Nos hacen más humanos, sensibles, empáticos y asertivos. Por otro lado, su opuesto, los antivalores, generan inestabilidad emocional y deshumaniza a la persona.

¿CÓMO DEMOSTRAMOS NUESTROS VALORES?

Los demostramos con nuestras acciones, en la forma en la que nos comportamos y relacionamos con los demás. Cuando enfrentamos una situación difícil o complicada, nuestros valores nos orientan a tomar una decisión, analizando si el resultado será bueno o malo; si las consecuencias solo nos afectan a nosotros o también a los demás. Entonces en función de dicho análisis elegiremos, siempre haciéndonos responsables de las consecuencias, sea positivas o negativas.

¿SOLO HAY UN TIPO DE VALOR?

No, son tres tipos:

VALORES PERSONALES: Los que expresan gustos y preferencias individuales, por ejemplo, el tipo de chica o chico que te gusta, tus pasatiempos, la comida, etc.
VALORES CONVENCIONALES: Son los establecidos por la sociedad misma en la cual vives. Tienen que ver con las costumbres y normas sociales de tu cultura.
VALORES ÉTICOS: Son aquellos que no pueden variar y tienen un carácter más universal y nos hacen más humanos. Por ejemplo, la responsabilidad, la honestidad, el respeto, la justicia, etc.

¿QUÉ TIENEN QUE VER MIS VALORES CON MI SEXUALIDAD?

Una de las dimensiones de la sexualidad es la Ética y dentro de esta hablamos de como los valores y las costumbres direccionan nuestra sexualidad. Bajo que principios actuamos y porque es necesario que nuestras parejas tengan similares valores a nosotros para que pueda existir una mejor comprensión y comunicación.

En esta etapa de tu vida te darás cuenta de que no todas las personas tienen los mismos valores respecto a la sexualidad; por lo cual te verás confrontado con los valores de tus amigos, amigas y familiares. Esto nos sucede a todos y nos lleva a analizar y cuestionar nuestros valores personales y convencionales, e ir progresivamente construyendo nuestra propia escala o jerarquía de valores, la cual guiará nuestra vida. Esta escala va desde si eliges a tu pareja por el físico, por su forma de ser, por su estatus social o por lo económico. Si prefieres iniciar una vida sexual activa antes del matrimonio o después. Tu visión sobre la infidelidad, las mentiras y si tus acciones demandan cierto grado de machismo, etc.

Cabe destacar que algunos valores convencionales no permiten vivir una sexualidad de manera saludable, ni hacen posible que nos relacionemos como personas íntegras y auténticas. Por ejemplo, un joven se puede sentir presionado socialmente a tener relaciones sexuales para demostrar su “hombría” solo porque sus amigos ya lo hicieron o los varones de su familia lo molestan con eso, haciendo que exija la “prueba del amor” a su pareja. Esto puede llevar a dañar los sentimientos de su enamorada, vulnerar sus derechos sexuales y a correr el riesgo de un embarazo si no se protegen.

¿CÓMO SABER SI LA PRÁCTICA DE MIS VALORES ME TRAERÁ CONSECUENCIAS NEGATIVAS?

En la práctica de tus valores, es muy importante tu análisis y reflexión, sin dejarte llevar por lo que los demás dicen, sino por lo que tu mismo decides, en función de tu persona y de tu pareja. Es importante que te hagas las siguientes preguntas: ¿Por qué hago lo que hago? ¿Lo hago porque todos lo hacen? ¿por costumbre? ¿Quiero hacerlo porque lo he reflexionado y es una decisión propia? ¿Es bueno para mí y para mi pareja? ¿Estoy dañando a alguien con mis decisiones?

¿CÓMO PUEDO VIVIR MI SEXUALIDAD A TRAVÉS DE MIS VALORES ÉTICOS?

Supongamos que una de tus amigas o amigos te pide que le digas a su mamá que va a pasar la tarde contigo, haciendo las tareas del colegio, pero en realidad se va a ir a pasear con su pareja. ¿Qué harías al respecto? Si tienes en tu jerarquía de valores como principal la amistad, de seguro que le sigues la mentira, pero no tienes en cuenta que si algo malo le sucede serás responsable. Por otro lado, si tu máximo valor es la honestidad, le dirías que no te puedes prestar a la mentira, porque eso puede traer consecuencias negativas para ambos o ambas.

Como te habrás dado cuenta tus valores éticos, son las máximas que guían nuestras acciones y nuestra vida. Son las brújulas que orientan nuestras decisiones. Es así como nuestra sexualidad también se encuentra influenciada por estos valores, como son:

RESPONSABILIDAD: Es tener presente, al momento de elegir, las consecuencias de los actos de una persona pueden tener hacia sí misma y los demás. Por ejemplo, si una persona no está preparada para ser padre o madre, una decisión responsable sería no tener relaciones sexuales o investigar sobre que métodos anticonceptivos son los más adecuados para evitar un embarazo.
RESPETO: Es la capacidad de una persona de considerar las necesidades, decisiones y la libertad de las otras personas con igual valor que las suyas. Por lo cual evitará manipular, maltratar o aprovecharse de los demás y al mismo tiempo reclamar sus derechos y alejarse de las situaciones de riesgo o que le puedan poner en peligro. Por ejemplo, una persona que aún no quiere tener relaciones sexuales se respeta a sí misma si dice “NO” cuando la pareja intenta manipularla; esta la respeta cuando acepta esa respuesta y se da cuenta de su error. También cuando preferimos terminar una relación de pareja en vez de sufrir celos permanentes o maltratos.
LIBERTAD: Es la capacidad de actuar según nuestra propia voluntad. Ser consciente de lo que pensamos, hacemos y decimos. Actuar en sintonía con nuestros principios e intereses, pero a la vez respetando la de los demás y siendo responsables de las consecuencias. Por ejemplo, tu eres libre de decidir cuando iniciar tu vida sexual activa, de cuando casarte, tener hijos, de expresar tu sexualidad, etc.
HONESTIDAD: Es decir la verdad, aunque sea difícil de hacerlo o vaya en contra de uno mismo. Es la base para una buena comunicación, confianza y estreches de lazos emocionales. Por ejemplo, una persona honesta dice lo que siente y piensa, actúa de acuerdo con sus principios, es consecuente entre lo que dice y hace y prioriza la verdad.
COMPROMISO: Es una promesa o acuerdo voluntario que se establece con una persona y que debe de cumplirse, comprometiéndose en fidelidad, honestidad y apoyo mutuo. Como ya vimos en el tema del amor, es indispensable para que una relación amorosa sea real. Por ejemplo, si un chico o chica que ya tiene pareja rechaza a otra que la o lo pretende, está respetando el compromiso de fidelidad que tiene.

Debemos identificar aquellos valores, creencias y comportamientos aprendidos que contribuyen a nuestra realización personal y a la vivencia saludable de nuestra sexualidad, pero cuidando que nuestro comportamiento sea coherente con nuestros valores éticos.