NUESTRO
DERECHO AL AGUA
PROPÓSITO:
Delibera sobre el uso responsable del agua y la importancia del
cuidado de este recurso como parte de sus derechos.
CRITERIOS DE EVALUACIÓN:
- Reflexiona sobre las limitaciones del derecho al agua y las posibles soluciones que se le pueden dar.
- Valora el cuidado del agua y su uso responsable en las diversas actividades y como parte de su derecho.
¿A CUÁNTAS PERUANAS Y CUÁNTOS PERUANOS LES FALTA AGUA POTABLE?
Poco
más de la mitad de los habitantes de Loreto
(51%) tiene acceso al agua potable,
según un informe con datos de 2013 publicado por el Sistema Nacional de
Información Ambiental (SINIA). Hoy es necesario recordar que nuestro país,
abundante en recursos naturales, es también aquel que manifiesta una gran
desigualdad al distribuir el agua para consumo humano. Cajamarca y Pasco son la segunda y tercera regiones con menor porcentaje
de habitantes con acceso a agua potable, con 55,3 % y 57,1 %, respectivamente. Ucayali es la cuarta región en la lista, con 58,2 %. Las mismas cifras
señalan que Moquegua (96 %),
Callao (94,6 %), Áncash (93,8 %) y Tacna (93 %) son las regiones en las que hay
un mayor porcentaje de ciudadanas y ciudadanos con acceso al agua potable.
¿QUÉ ES EL DERECHO AL AGUA?
El 28 de julio de 2010, a través de la Resolución 64/292, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento, reafirmando que un agua potable limpia y el saneamiento son esenciales para la realización de todos los derechos humanos. La Resolución exhorta a los Estados y organizaciones internacionales a proporcionar recursos financieros, a propiciar la capacitación y la transferencia de tecnología para ayudar a los países, en particular a los países en vías de desarrollo, a proporcionar un suministro de agua potable y saneamiento saludable, limpio, accesible y asequible para todos.
Por lo tanto, el Estado debe garantizar que todas las personas tengan acceso a una cantidad suficiente de agua potable para el uso personal y doméstico, que comprende el consumo, el saneamiento, el lavado de ropa, la preparación de alimentos, y la higiene personal y doméstica. También debe asegurar el acceso progresivo a servicios de saneamiento adecuados como elemento fundamental de la dignidad humana, la vida privada y la protección de la calidad de los suministros y los recursos de agua potable. El derecho al agua comprende el acceso al agua necesaria para mantener la vida y la salud, y para satisfacer las necesidades básicas, y no confiere a las personas el derecho a una cantidad ilimitada de agua. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se requieren entre 50 y 100 litros de agua por persona al día para cubrir la mayoría de las necesidades básicas y evitar la mayor parte de los problemas de salud.
¿CUÁLES SON LOS ASPECTOS FUNDAMENTALES DEL DERECHO AL AGUA?
- El derecho al agua entraña libertades: Estas
libertades están dadas por la protección contra
cortes arbitrarios e ilegales; la prohibición de la
contaminación ilegal de los recursos hídricos; la
no discriminación en el acceso al agua potable y el saneamiento,
en particular por razón de la clasificación de la vivienda o de la tierra; la
no injerencia en el acceso a los suministros de agua existentes, especialmente
las fuentes de agua tradicionales, y la protección contra las amenazas a la
seguridad personal al acceder a agua o servicios de saneamiento fuera del
hogar.
- El derecho al agua entraña prestaciones: Estas prestaciones comprenden el acceso a una cantidad mínima de agua potable para mantener la vida y la salud; el acceso a agua potable y servicios de saneamiento durante la detención, y la participación en la adopción de decisiones relacionadas con el agua y el saneamiento a nivel nacional y comunitario.
- El suministro de agua para cada persona debe ser continuado y suficiente para cubrir los usos personales y domésticos, que comprenden el consumo, el lavado de ropa, la preparación de alimentos, y la higiene personal y doméstica. Otros usos domésticos del agua, como el que se da para las piscinas o la jardinería, no están incluidos en el derecho al agua.
- El agua para el uso personal y
doméstico debe ser salubre y aceptable: El
agua debe estar exenta de microbios y parásitos, así como de sustancias
químicas y radiológicas, que puedan constituir una amenaza a la salud de las
personas. El agua debe tener
también un color, un olor y un sabor aceptables, a fin de que las personas no
recurran a otras fuentes que puedan parecer más atractivas pero que estén
contaminadas. Estos requisitos se aplican a todas las fuentes de
abastecimiento, como el agua corriente, la de cisternas, el agua comprada a un
proveedor y los pozos protegidos.
- Los servicios de abastecimiento de agua y de saneamiento deben ser físicamente accesibles y estar al alcance de todos los sectores de la población, teniendo en cuenta las necesidades de determinados grupos, como las personas con discapacidad, las mujeres, los niños y los ancianos.
CONSECUENCIAS DE LA FALTA DE ACCESO AL AGUA POTABLE
El
agua salubre y fácilmente accesible es importante para la salud pública, ya sea que se utilice para beber, para uso doméstico, para producir
alimentos o para fines recreativos. La
mejora del abastecimiento de agua puede impulsar el crecimiento económico de
los países y contribuir en gran medida a la reducción de la pobreza.
El
consumo de agua contaminada, no potable, está relacionada con la transmisión de
enfermedades como el cólera, diarreas, la disentería, la hepatitis A, la fiebre
tifoidea y la poliomielitis. Los servicios de agua y saneamiento inexistentes,
insuficientes o gestionados de forma inapropiada exponen a la población a
riesgos prevenibles para su salud.
Cuando
el agua procede de fuentes de abastecimiento mejoradas y más accesibles, las
personas gastan menos tiempo y esfuerzos en recogerla físicamente, lo que significa que pueden
dedicar tiempo a otras actividades. Esto también puede redundar en una mayor seguridad
personal, ya que reduce la necesidad de hacer viajes largos o peligrosos para
recoger agua.
La mejora de
las fuentes de abastecimiento de agua también conlleva la reducción del gasto
sanitario, ya que las personas tienen menos
probabilidades de enfermar y de incurrir en gastos médicos y están en mejores
condiciones para realizar sus actividades cotidianas.